"Una Mirada"
Tan solo unos segundos de su mirada, y él perdió su
vida entera.
No fue necesario más tiempo ni más espacio, más
encuentros o más mujeres. No se necesitó otra cosa en el mundo que ese agudo
par de ojos de fuego, ojos marrones con tinturas del líquido vital de las
arterias; rojo sangre.
Él perdió toda su existencia toda su voluntad, toda
su disciplina, todos sus ideales. Las leyes físicas y morales ya no se cumplían
igual para él, todo cambió, todo se movió. Sus pasos se volvieron inestables,
su mente se nubló por completo.
Su alma sintió la vivacidad de la muerte. Todo cambió.
Tan solo fueron un par de ojos de una mujer peculiar,
ojos que lo hicieron morir de inmediato y renacer. No sabía nada de ella, de dónde
venía, a donde iba, no sabía si en verdad existía o si volvería a verle. No
sabía nada.
Un momento de distracción de él, un instante de ocio
que lo que llevó a pasear su mirada hacia la multitud atenta que se aglomeraba
en la planta baja del palacio. Divagando su mirada entre todas esas personas,
un movimiento discreto y repentino en esa multitud es lo que hizo que sus ojos ébano,
hicieran que su aliento se detuviera por ella.
Ella reservada, con aspecto sumiso por la
inclinación de la cabeza hacia adelante, haciendo reverencia, ella atenta al
discurso del emperador, se atrevió a pasear por unos segundos sus ojos rojos hacia
la clase alta que se encontraba en frente, a lo alto, imponente.
En ese preciso momento fue cuando él detectó ese
ligero movimiento de cabeza, y sus ojos se encontraron con los de ella…
En ese instante perdió su alma, ella se la robó.
Esos ojos de fuego hirviente hicieron que su corazón disciplinado olvidara toda
su realeza, que olvidara sus tradiciones, sus reglas, que viera que toda su
vida en ese gran imperio era insignificante.
Él se sintió pequeño, sin importancia, su alta
estirpe se le resbaló por el cuerpo y se quedó con su alma desnuda y frágil.
Ella de clase muy baja, humilde, se convirtió en la sultana de su mente, en la
principal maravilla de su mundo, en su vida completa.
Créditos
Palabras inspiradas en las historias orientales que tanto amo, donde los príncipes o emperadores se ven obligados a dejar su crianza por el amor de una mujer.
La historia es simplemente un encuentro, una de las cosas que más aprecio en la vida son eso, los encuentros que cambian todo.
Dibujo incompleto a lápiz y palabras por Bárbara Badillo.